martes, noviembre 15, 2005

Entrevista con mi musa (Parte II)

Otra vez se vuelve azul. Un azul profundo, como un Tango Apasionado.

- Es buen trato. Pero si me quedo, conoces los riesgos.
- Es que te he extrañado. Eres un mal necesario.
- ¿Un mal?
- Si. Tu trabajo es inspirar, y luego desparecer. Desparecer, dejándome colgado, con un puñado de textos con sabor a ron añejo. Eres un mal necesario, indispensable.

La musa se levanta implacable. Se posa frente a mi. Ahora se pone difusa, semitransparente, casi como un fantasma. Sabe que odio esa visión casi paranormal de su cuerpo. Me sirve otra copa de vino.

- No te quejes tanto. No es fácil presentarse en el momento exacto, en el lugar indicado, e inspirar, aunque nos se esté tan inspirada.
- Eso no es cierto. Cualquiera sabe que hay pocos seres tan caprichosos como una musa. No siempre están donde deben.
- Has usado mi imagen como y cuando quisiste. Ahora soy la mala de la historia.
- Míralo en proporción. La mayoría de tus textos son más bien dulces o felices. Debe haber unos cinco tristes.
- Entonces soy dulce y feliz, a pesar de que esos cinco textos tristes que inspiré son los que más impactan. Ahora soy una bruja sádica que disfruta de tu dolor. No es justo.

Usa esa mirada de tristeza, que sabe infalible. Una vez más tumba mis defensas, rompe mis murallas. Vuelvo al vino.

- La gente gusta más del sufrimiento, el ver como se termina la ilusión, como los sueños se derrumban... ellos disfrutan tu muerte, miran como pasas a formar parte de “ellos”. Es una cuestión de “sufrimiento social”. Yo solo he contado lo que pasa. Y a pesar de todo, tienes el poder
- Poder que no he pedido. De cierta forma, también soy víctima.
- Poder es poder. Y no conozco a nadie que no lo disfrute.

Ella sonríe, derrotada. Se acerca, se vuelve un poco verde y me besa, profundo, beso sabor a despedida, el sabor de las historias que nacieron muertas.

- Te marchas. ¿Así, sin más? Parece una graciosa huida.
- ¿Huida? Jamás.
- ¿Debo decir “como siempre”?
- Y como siempre volveré.

Y es verdad. Ella se vuelve transparente, hasta que se confunde con las luces que titilan en la ciudad. Me quedo con un poco de ella, en cada palabra. La invoco cada noche, espero que vuelva a revolotear mi ventana. Pero solo me trae palabras, y un buen vino añejo.

3 comentarios:

Pastv dijo...

Me encanta tener a la musa de mi parte. Lastimosamente creo que la engañe y como toda mujer herida anda sin dejarse ver estos días y creo que no la vere a menudo por aqui, tal vez pasee con su nuevo sujeto por mis narices...
La extraño demasiado para mi gusto. Además creo que hoy mi musa o debo decir mi ex musa, debe estar festejando por algun bar, volando como si danzara, inspirando a entes que no la necesitan y yo, la espero con la cerveza helada en el ambiente frio de la noche del viernes quiteño... sin opera y sin musica.
Saludos, compadre navegante!

Pastv dijo...

me olvidaba de una cosilla, mira lo que me encontre por ahi, tal vez te interese compadre.
http://poesialatina.blogspot.com/
Saludos de nuevo.

JG Chancay dijo...

Ha vuelto mi musa, pero aún ella no lo sabe... la veo todos los días en mis sueños, y este fin de semana la vi acostado sobre un largo cesped verde, con su hermoso cuerpo pidiéndome un beso eterno, aunque su mente y su lado real le gritaban que me dejara de una vez y para siempre.
Ella no pudo soportar que yo viviera escribiendo del aire, del viento, de la lluvia y de la muerte y apareció aposteósicamente frente a mi... el viento me trajo su llamada y yo le contesté con mi presencia...
Dios!! cómo amo a mi musa... pero es una de esas cosas de la vida que no puedes atar a ti... porque aunque me gustaría casarla conmigo... ella siempre será del mundo... siempre será de otro...

y yo la seguiré amando...

...musas...