Una noche
apareces en mi cama:
como un puñado de rosas rojas,
respirando pausado
mi nueva vida.
Abrázame,
dice entre las lineas de mis manos,
entre la luz opaca
de madrugada.
Y mi cuerpo
se alinea con el tuyo
como un manto.
Trato de atar al reloj.
Tranquilo
y rogando,
que no amanezca
jamás...
1 comentario:
Te amo...
Publicar un comentario