miércoles, agosto 06, 2008

Cada Día

La paz y la tormenta;
cada día, el peso del reloj,
el tiempo sin control
y la angustia de vivir
sin respirar.

Pero está el mar,
tu cuerpo y la arena,
tu voz y solo la paz
de sorprendernos en mis brazos
cada amanecer.

La felicidad
de encontrarme
entre tus párpados,
de ser entre nuestros dedos,
contando juntos toda la arena del mar,
solo con la certeza
de este nuevo día,
infinitos…

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