viernes, septiembre 30, 2005

El miedo a la ternura…

Mi primer post que vale la pena (o sea el segundo) fue un poemilla que tenía atrancado en el papel. Lo escribí hace algún tiempo, a una mujer a la que amé (no es necesario decir que mucho, no se puede amar de otra forma).

Lo primero que me impresionó fue, que recibí comentarios solo de mujeres (al menos al principio). Agradable, porque una mujer lo inspiró, y la visión de las mujeres siempre es singular, única.

Pero también me llamó la atención esto:
“las palabras (…) inconstantes, venenosos o hecho un mar de dulzuras que nos empalagan hasta el hastio” No sé quien lo escribió, porque todas mis comentaristas son anónimas, mala costumbre que espero cambie.

Por alguna razón le tememos a la ternura. La consecuencia negativa de la actual sociedad es sin duda ese miedo a sentir, ese miedo a la belleza por la belleza, mirar cosas que duelen por perfectas y bellas. El pavor a mirar las cosas simples, a ver sombras en las montañas, a mirar los duendes saltando en las esquinas. No es extraño ir a una galería de arte y encontrar solo provocación. Entiendo perfectamente (y me gusta mucho) el arte conceptual, como provocación o reflexión, pero ¿qué pasó con la belleza?

En un mundo lleno de cemento, de gente que corre tras de los buses, almas colgadas de los relojes, falta la belleza, la búsqueda de lo hermoso. Mar de palabras es sin duda, un mar de ternura, de sueños, un “mar de dulzuras”. Un canal más en mi búsqueda personal de la belleza, en todos sus aspectos, la belleza del amor, de la naturaleza, de la gente, de los objetos, de la muerte y la angustia… pero también de la ternura.

jueves, septiembre 22, 2005

Quito

Cuidad,
la noche llueve fuego sin que nadie la mire;
noche,
la luna juega a perder
con las luces de neón.
Una guitarra murmura un pasillo
o gime metal pesado.
Tus piernas largas
me ven circular,
muévete despacio mi amor,
la ciudad te puede oír;
muévete despacio, amor
cada oído es un labio, que te anhela,
despacio,
suave,
no dejes que tus sueños despierten...
humedad;
la lluvia te moja,
fría,
casi muerta,
recorro tus poros
entre mendigos y putas,
respiro tu aliento
entre cloaca y Channel.
Cada campanario me llama,
hipócrita
me mira sin mirar,
consuela sin conocer;
Montaña,
barreras de deseo
me obligas a conocer tus anhelos,
a besarnos en secreto,
a buscarnos bajo la noche
pensando en el viejo mar,
lejano,
libre.
Mujer egoísta,
tus manos recogen cada sueño
y nos devuelven un suspiro,
ingrata,
estrecha;
muerte,
vida,
muerte en vida,
silencio lejano e imposible,
soledad en cada bocanada de smog,
soledad
lágrima
lluvia
frío
insomnio,
no me dejas dormir en la noche,
en tus venas navegan deseos muertos,
en tus ojos apagados
se encuentran los besos
ciudad,
fuego
noche
lluvia
humedad
frío
lágrima
soledad,
muerte
insomnio,
soledad, soledad, ¿sol?

Quito es una mujer
con la boca cerrada
y las piernas abiertas.



miércoles, septiembre 21, 2005

Quito (Intro)

Vivo en la ciudad de las iglesias y niños en las calles, de mendigos sobre las veredas y el hambre, una ciudad partida, infierno cerca del cielo, mil ciudades dentro de una. Mascarada y calor en el día; fiesta de carne, lluvia y frío en la noche.

Neones donde hubo candelabros, putas donde hubo balcones, franciscana ciudad del pecado, atravesada por asfalto, quebradas y amores.

Vivo en Quito, a la que se ama como a novia infiel, que te traiciona y te roba mil veces. Quito es una mujer, a la que regresas siempre.

domingo, septiembre 18, 2005

a veces...

A veces tu sonrisa
como una lluvia blanca

a veces tus palabras
hojas vacía

a veces la lluvia
y tu ausencia fría
y diurna

a veces el amor
te hace el amor
casi ultrajándote

a veces recuerdo
y me ahogo en tus calles

a veces te busco
mirando a otro lado

a veces te encuentro
a veces regresas
sin terminar de irte.

jueves, septiembre 15, 2005

Zarpando...


Busco reivindicarme en las palabras. Busco su paz y su guerra, su océano inmenso y caprichoso.
Busco reencontrarme con ellas, navegar y si es necesario naufragar en ellas. Busco recuperar mi fe en las letras, en la palabras escrita.
Busco compartir las palabras con alguien que las sepa medir, que conozca su sensibilidad.